LA PIEL

LA PIEL
0. FUNCIONES1. LAS CAPAS DE LA PIEL2. LA SALUD DE LA PIEL3. CUIDADOS DE LA PIEL
0. FUNCIONESLa piel, es el órgano más grande del cuerpo humano con 2 metros cuadrados de superficie, 4 kilos de peso y 0.2 milímetros de epidermis que nos protege del calor, del frío, del polvo, de miles de bacterias que están al acecho esperando el momento para entrar y de todo tipo de agresiones a las que está sometida diariamente. Es en definitiva, un cerebro a flor de piel.La piel incluye también a sus derivados: cabello, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas.
Las principales funciones de la piel son:protección, defensa y mantenimiento la temperatura.
1º) PROTECCIÓN DE AGENTES EXTERNOS: la piel es un órgano sorprendente porque siempre protege al organismo de agentes externos, como bacterias y sustancias químicas, a base de ciertas secreciones. Es su función más importante.
2º) DEFENSA DE LOS RAYOS ULTRAVIOLETA DEL SOL: A través de la melanina, pigmento que sirve como defensa contra los rayos ultravioleta que pueden dañar las células de la piel.
3º) REGULACIÓN DE LA TEMPERATURA CORPORAL: Otra función importante. Cuando se expone la piel a una temperatura fría, los vasos sanguíneos de la dermis se contraen, lo cual hace que la sangre, que es caliente, no entre a la piel, por lo que ésta adquiere la temperatura del medio frío al que está expuesta. El calor se conserva debido a que los vasos sanguíneos no continúan enviando calor hacia el exterior. Al contrario si hace calor, aumenta el flujo hacia fuera y también el sudor.
La piel, frontera permeable que delimita el mundo interior del exterior, tiene por una lado la función de ser una verdadera coraza protectora y además por otro, ser el principal órgano de comunicación de todos los estímulos recibidos del exterior por más sutiles y delicados que sean.

1. LAS CAPAS DE LA PIEL:
Conoce más al detalle tu pielLa piel está formada por tres capas que, desde la más externa hasta la más interna se conocen como: la epidermis, la dermis y la hipodermis (o tejido celular subcutáneo). Además, este órgano también lo componen otros elementos como los folículos pilosos, las glándulas sebáceas, las sudoríparas y las uñas; también los vasos sanguíneos y linfáticos, los nervios y los músculos erectores del pelo. Renovación Constante: Desde el exterior hasta el interior.A simple vista, nuestra piel no cambia, es la misma. Sin embargo, se renueva constantemente. Las células comienzan a formarse en la capa más interna de la epidermis y poco a poco, en unas dos semanas, va alcanzando la superficie. Así, mientras las células nuevas ascienden, las más maduras mueren y caen. Cada minuto del día se desprenden entre 30.000 y 40.000 células muertas.
EpidermisEs la capa más superficial de la piel y está constituida por células planas capaces de formar queratina (sustancia proteica responsable de la dureza y la resistencia de las uñas y también presente en el pelo). El 95% de las células que componen la epidermis son las responsables de que la piel se renueve. La función del 5% restante (los melanocitos) consiste en desarrollar la melanina, una sustancia que otorga color a la piel. Cuanto más oscura sea la dermis, más cantidad de melanina se tiene.Este 5% de las células produce más cantidad de melanina cuando alguien se expone al sol, de tal manera que protege de una insolación frente a los rayos ultravioleta o UV. Al tomar el sol, se produce más melanina y, por lo tanto, se adquiere el tan ansiado bronceado. Aunque una de las funciones de la melanina es la de proteger, no puede hacerlo totalmente, por lo que resulta imprescindible utilizar una crema de protección solar para prevenir el cáncer de piel. La capa superior de la piel tiene un milímetro de espesor, es decir, como el de una hoja de papel. En las palmas y en las plantas de los pies son las dos únicas zonas del cuerpo en las que la epidermis es más gruesa. Así es como nuestra piel se renueva constantemente, desde la capa basal hasta la capa córnea.
DermisSe encuentra por debajo de la epidermis y está compuesta por terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos, glándulas sebáceas y sudoríparas, colágeno y elastina. Gracias a las terminaciones nerviosas de esta capa sentimos lo que tocamos. Los vasos sanguíneos nutren a las células del oxígeno y los nutrientes necesarios. Debido al sebo que las glándulas sebáceas producen, nuestra piel dispone de una especie de aceite que la protege. En cuanto a las glándulas sudoríparas, son las que nos permiten sudar, una actividad imprescindible para regular la temperatura adecuada del cuerpo. Como curiosidad, en 6,5 centímetros de piel pueden coexistir unos 20 vasos sanguíneos, más de 1.000 terminaciones nerviosas y 650 glándulas sudoríparas que generan aproximadamente medio litro de sudor al dia.
Cuando el cuerpo siente calor, las glándulas sudoríparas desprenden sudor y mientras éste se evapora, el cuerpo está más fresco. Sin embargo, cuando sentimos frío, los vasos sanguíneos se comprimen para reducir la pérdida del calor, por lo que el cuerpo comienza a temblar, para que los músculos expulsen calor. La dermis tiene un espesor de unos cuatro milímetros Los tipos de fibras que componen la dermis y que son las responsables de la tersura, la flexibilidad y la elasticidad de la piel son:
Fibras de colágeno. Son el principal componente de la dermis. Tienen un aspecto blando y ondulado.- Fibras elásticas. Aunque más escasas que las anteriores, tienen su importancia, pues son las responsables de la elasticidad de la piel.
La relación entre la dermis y la epidermis consiste en que la primera nutre a la segunda. Por ejemplo, si no fuera por el colágeno y la elastina, dos moléculas localizadas en la dermis, nuestra piel (epidermis) no podría estirarse como de hecho lo hace en cada uno de los movimientos naturales del cuerpo. Con los años, parte de las fibras que contienen elastina desaparecen, por lo que la piel comienza a presentar las conocidas arrugas. Aquí es donde entran perfectamente los rellenos con Acido Hialurónico que aportan la hidratación que se va perdiendo.
HipodermisSe trata de la capa más profunda y fundamental para que todos los órganos se mantengan en su sitio. Está compuesta principalmente por células que almacenan grasa para mantener el cuerpo a una temperatura adecuada. Aquí nace el cabello. Cada pelo crece a través de un conducto denominado folículo, que tiene sus raíces en la capa subcutánea y pasa por la dermis hasta llegar a la epidermis. Existen folículos en todas las partes del cuerpo excepto en los labios, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Como dato anecdótico, sólo en la cabeza hay más de 100.000.
Las faneras Las faneras o anejos de la piel son los pelos, las uñas, las glándulas sudoríparas y las sebáceas.
2. LA SALUD DE LA PIELEl paso de los años nos pasa factura en todo el cuerpo, pero quizás se note más en la cara porque es nuestra carta de presentación.
Eliminar las manchas de la piel, mantener la tersura o luchar contra las arrugas...es el objetivo perseguido por gran número de personas. Ya en el antiguo Egipcio, las mujeres elaboraban sus propias recetas, basadas en ingredientes de la naturaleza, para poder despedirse de los indeseados efectos del paso del tiempo en su rostro.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y, sin embargo, es el más descuidado. De hecho, según una encuesta realizada por una conocida marca de cosméticos, el 69% de la población no hidrata adecuadamente su piel y el 71% no utiliza habitualmente un protector solar.
Los lípidos o grasas tienen una especial función para la piel, pues forman parte del manto hidrolipídico que la cubre para que nos proteja de las agresiones externas. A pesar de la mala reputación de las grasas, sin estas es imposible mantener una piel tersa y brillante. Cumplen los requisitos para que la piel ejerza correctamente su función principal: la protecciónPor supuesto el aceite de oliva virgen y todas las grasas que son de forma natural líquidas a temperatura ambiental son las más saludables siempre que las tomemos en crudo, es decir, sin freír o calentar. Se consumen crudas en ensaladas y bocadillos.Además de actuar como barrera ante los agentes externos (bacterias y sustancias químicas), contiene los receptores de las sensaciones, regula la temperatura corporal, y sintetiza la melanina (que determina el color de la piel humana) y la vitamina D, primordial para regular el paso del calcio a los huesos. A pesar de sus importantes funciones, la constancia en el cuidado diario de la piel constituye una de las asignaturas pendientes para llevar un estilo de vida saludable.
¿Sabías que cada persona produce unos 100 kilos de células de epidermis a lo largo de su vida? Concretamente, cada 28 días la piel se renueva y este proceso requiere un aporte equilibrado de nutrientes, por lo que la dieta se convierte en uno de los aspectos clave para mantener y lucir una piel sana y bonita. El agua, las vitaminas A, B, C y E y los minerales como el selenio, el cinc y el hierro resultan básicos en la alimentación.Mantener la piel en perfecto estado no sólo depende del factor genético sino, en gran parte, del cuidado diario y de la alimentación. Pero, además, resulta conveniente evitar: la exposición solar sin crema protectora, el aire acondicionado, el tabaco, la contaminación, el sedentarismo y el estrés emocional.
3. CUIDADOS DE LA PIEL
Dos pilares básicos son mantener una elevada hidratación y una correcta nutrición, las grasas tienen una especial función para la piel. Cumpliéndose estos dos cuidados de la piel, esta ejercerá bien su función principal y se verá mejor. El espejo del cuerpo es la piel
No es fácil mantener la piel sana por que de hecho no resulta fácil saber conservar adecuadamente la salud. La salud de la piel depende del estado de pureza que tenga la sangre y para que ésta se conserve en buen estado, es necesario mantener los diferentes órganos sanos y en plena capacidad de funcionamiento. Los signos de la piel son evidencias del estado del cuerpo en toda su integridad.
Lo que es fuera es adentro
La piel acumula toxinas metabólicas, bacterias, y demás sustancias de desecho que deben ser eliminadas. El organismo utiliza la función acumuladora de la piel cuando no puede liberarse del sobrante de sustancias a eliminar. Si, además, la sobrecargamos al fumar o mediante un exceso de alimentos acidificantes como azúcares refinados, el resultado será una pérdida de la tersura y la capacidad defensiva de la piel.
La psicología para los cuidados de la piel
La piel guarda una estrecha relación con el estado mental del individuo. En ella se reflejan con notable elocuencia los sentimientos y emociones como vergüenza o angustia (rubor); miedo (palidez, erección de los pelos por la contracción de sus diminutos músculos cutáneos) y ansiedad (sudación).Desde la formación del embrión humano se puede apreciar como la piel está íntimamente relacionada con el sistema nervioso, pues de hecho se desarrollan ambos órganos partiendo de la misma capa embriológica. Ya lo dice el refrán; "Tener la sensibilidad a flor de piel".
Anti-radicales libres para los cuidados de la piel
Hace ya años que se investiga acerca de los "radicales libres", fragmentos químicos sumamente reactivos que pueden romper las membranas de nuestras células y destruir sus núcleos al oxidarlas en exceso. A partir de aquí se han puesto de moda los antioxidantes; vitaminas, minerales, oligoelementos, presentes en los alimentos de nuestra dieta y que ejercen una acción protectora de la vejez celular y por tanto de los radicales libres.De hecho, sin necesidad de ayuda externa, nuestro organismo ya posee sustancias que ejercen el papel de defensa, son las enzimas antioxidantes que sintetiza el organismo a partir de los alimentos que ingerimos y en la cantidad proporcional al volumen de radicales libres que genera el propio metabolismo humano.
Los antioxidantes presentes en la dieta aumenta el nivel de enzimas antioxidantes en las células, así la vitamina C, la vitamina E, el selenio, los carotenos, los Flavonoides, aminoácidos azufrados (Metionina y Cisteína) y la Coenzima Q-10, son los antioxidantes más potentes que se obtienen realizando una dieta rica en zanahoria, (nueces), cereales integrales, frutas cítricas, té verde, vino y aceites vegetales.